Otra montaña rusa. A penas llegando al final donde le carrito se detiene después de estar todo el día en las partes altas, sufriendo el vértigo de las crestas a toda velocidad. Llegada la calma todo se ve distinto. No puedo dejar que los acontecimientos me impulsen descontroladamente a las cimas de la montaña. Es necesario que aprenda a evitar que las cosas que me pasan me lleven a esta espiral caótica y veriginosa de angustia y ansiedad. De nuevo estoy agotada.
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