lunes, 13 de diciembre de 2010

Fuera otra vez

De nuevo estoy lejos y estoy feliz. Nada hasta ahora ha sido tan efectivo como el hecho de estar lejos de la maraña pastosa en lo que se había convertido mi vida. Ahora veo todo con mucha más claridad y me siento contenta. Por fin, después de mucho tiempo, me siento contenta, con ganas, con esperanza, y decidida a dejar atrás todo aquello que me hace daño, que me lastima, que me provoca angustia. Dejar atrás a esa gente que no comprende... Quiero estar bien. Y me siento ilusionada. Por fin siento que he tomado en algo el control de mi vida. Por lo mismo no voy a permitir nunca más que nadie me haga daño, o que afecte mi estado de ánimo. Un largo año ha tomado empezar a ser un poco yo otra vez. Las medicinas hicieron su efecto, pero el viaje a Sevilla y la compañía de Luis Fernando fueron como un gran bálsamo, que tranquilizó mi mente y despejó mi cabeza. Ahora todo es más claro, mucho más claro. ¿Victoria? No, nosotros nunca podemos cantar victoria, pero si creo que todo el esfuerzo de este año ha logrado devolverme algo de la paz que hace mucho no sentía. ¿Cuánto durará? No sabemos, nadie lo sabe...

jueves, 2 de diciembre de 2010

Aquí

Aquí estoy en este otro lugar del mundo en donde me siento segura, en donde no quiero salir corriendo. Si pudiera me quedaría aquí, y no volvería nunca más. De todas formas allá no parece que haya demasiado para mí..., nunca lo ha habido, por eso siempre me fui.

Me siento mejor, ahora yo misma puedo darme cuenta. Ya no es sólo lo que dicen los demás. Ahora, si veo en retrospectiva, soy otra persona. Todavía tengo miedo, y el abatimiento me gana, sobre todo cuando la gente que quiero me da la espalda -o por lo menos así lo siento. Sin embargo, estoy mejor. Todavía no me acostumbro al mundo, ni a las personas. El comportamiento de la gente me desconcierte, y pienso: se supone que la loca soy yo...

Las jornadas son mejores, ya no sufro esos -o no tanto- el ciclaje ultra rápido de hace unos meses, y eso ayuda a  mi tranquilidad, pero todavía me siento ansiosa en algunos momentos del día. Esto tendrá que ser poco a poco, es algo que ya todos sabemos. Me aferro a la idea de que un día todo va a estar bien..

sábado, 23 de octubre de 2010

Anhedonia


Anhedonia

Área:

Definición:
La anhedonia es la incapacidad para experimentar placer, la pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades. Se considera una falta de reactividad a los estímulos habitualmente placenteros. Constituye uno de los síntomas o indicadores más claros de depresión, aunque puede estar presente en otros trastornos.

Síntomas:
Los criterios generales para diagnosticarla como un trastorno son ver el grado de insatisfacción con las capacidades y logros del paciente, evaluar sus relaciones interpersonales y la forma en que afronta los acontecimientos de su vida.

Tratamiento:
Lo importante es que el paciente aprenda a aceptar los hechos como se presentan; si su comportamiento le causa un daño a él y a los demás entonces se transforma en una patología que debe ser tratada.

domingo, 3 de octubre de 2010

El transtorno bipolar: una explicación II





A continuación más sobre las causas del trastorno bipolar.



Tiene una base biológica condicionada por una forma de herencia compleja

El trastorno bipolar tiene un importante componente genético. Sin embargo, hay que entender bien qué quiere decir esta afirmación exactamente, ya que, cuando se habla de genética, se tiende a pensar en la forma de herencia clásica donde la aparición de un rasgo como el color de ojos queda condicionado total y únicamente por un gen.

El trastorno bipolar es una enfermedad poligénica (como muchas en medicina), es decir en la que entran en juego varios genes (y no uno) y que interaccionan con el ambiente de tal forma que éste es el que va a permi- tir o modular la expresión última de la enfermedad. Es decir, que además de los genes, se tienen que dar una serie de circunstancias precipitantes o desencadenantes externas para que aparezca la enfermedad. Esto se pone de manifiesto por el hecho de que en gemelos univitelinos (idénticos entre sí en el 100% de su código genético), cuando uno de ellos sufre trastorno bipolar el otro no lo va a presentar en el 100 % de los casos, sino aproximadamente en la mitad de las ocasiones.


Existe una predisposición genética, si bien sobre ella actúan desencadenantes de diversa índole, tales como el estrés, drogas, etc.



Hay varios tipos de trastorno bipolar
La manifestación clásica de trastorno bipolar se caracteriza por la pre- sencia de episodios maniacos y depresivos, con periodos intermedios de ausencia de síntomas o eutimia. Este es el denominado “tipo I”.

Existe un segundo tipo denominado “tipo II” en el que no existirían epi- sodios maniacos sino hipomaniacos y sobre todo episodios depresivos.

El denominado “espectro bipolar” incluiría a pacientes con episodios depresivos recurrentes y eventuales manifestaciones del polo maniaco, como por ejemplo: ánimo hipertímico de base (muy activo, tendencia a la expansividad, menor necesidad de sueño, etc.), síntomas mixtos durante el episodio depresivo, hipomanías asociadas a tóxicos o fármacos, ante- cedentes de trastorno bipolar en la familia, etc.

Por último existe también la denominada “ciclotimia” en la que se pro- ducen fluctuaciones en el estado de ánimo en una menor escala, sin llegar a sufrir episodios depresivos graves.

Aunque el trastorno bipolar tipo I se presenta con episodios maniacos que obligan a veces a la hospitalización, no quiere decir que se trate de una forma más grave. Todo depende de cuál sea el criterio de gravedad, ya que los pacientes tipo II, sufren más episodios depresivos, con el con- siguiente riesgo asociado de suicidio.
Por tanto, en cada subtipo de trastorno bipolar existen sus escalas de gravedad.

TRASTORNO BIPOLAR

TIPO I : Manifestación clásica: episodios maniacos y depresivos con periodos de eutimia


TIPO II: Episodios hipomaniacos y sobre todo depresivos


ESPECTRO BIPOLAR: Episodios depresivos recurrentes con otras manifestaciones eventuales del trastorno bipolar


CICLOTIMIA: Fluctuaciones más leves del estado de ánimo




Fuente: Dr. José Manuel Montes, AFRONTANDO EL TRASTORNO BIPOLAR. GUÍA PARA PACIENTES Y FAMILIARES, Madrid, 2009

El transtorno bipolar: una explicación

  

Se me ocurrió que debería hablar un poco más sobre qué es el trastorno bipolar. El TBP es una enfermedad muy complicada y casi incomprensible para para las personas que no sufren este padecimiento. Especialmente los estados depresivos. Para el resto de la gente es terriblemente difícil entender que alguien no pueda levantarse de la cama por que los neurotransmisores (serototnina, norepinefrina, dopamina, etc.)  en el cerebro no están actuando de manera adecuada. Pedirle a esa persona que se despeje y se levante, diciéndoles que le eche ganas sería casi como decirle a un diabético también que le eche muchas ganas para producir insulina. Ridículo, ¿no? Pues por absurdo que parezca sucede. Sobre todo en un país tan atrasado como México, en donde los padecimiento mentales o son minimizados, o son considerados una especie de condición metafísica. En realidad la locura no existe. El término fue usado durante el romanticismo decimonónico, algo que tenía que ver con con causas morales y y se decía de los individuos que rechazaban las normas sociales. En fin, a continuación una explicación  del transtorno.


El trastorno bipolar es una enfermedad caracterizada por la existencia de una alteración en los mecanismos cerebrales de regulación del ánimo.


La alteración se encuentra por lo tanto en el cerebro, más concretamente en las estructuras encargadas de modular nuestro ánimo a las circunstancias externas. Si son circunstancias tristes hacen que estemos tristes y si son alegres que estemos alegres.


En el trastorno bipolar se altera esta regulación y aparecen estados de ánimo bajo (episodio de- presivo), exaltado (episodio maniaco) o mezcla de ambos (episodios mixtos) más allá de lo normal, con repercusión negativa en el funcionamiento y que toman un curso independiente de las circuns- tancias externas (aunque estas circunstancias pueden actuar como desencadenantes como se verá posteriormente).

El trastorno bipolar se manifiesta en episodios (maniacos, depresivos, mixtos) recurrentes, que pueden alternarse con épocas de normalidad de ánimo (eutimia). Además, también son frecuentes los periodos en que aparecen síntomas, aunque estos no cristalicen en un episodio.



Es una enfermedad que puede afectar a entre un 2 y un 5% de la población


Depende de los criterios que se utilicen para diagnosticar el trastorno bipolar, pero si consideramos formas más blandas, denominadas del es- pectro bipolar, pueden llegar hasta el 5%. La enfermedad está distribuida por todo el mundo, afectando por igual a distintas razas, clases sociales, economías, etc.


Suele iniciarse entre la segunda y tercera década de la vida pero puede aparecer también en la infancia- adolescencia o la senectud


El trastorno bipolar debuta de forma característica en el inicio de la edad adulta, pero tampoco son raros los casos juveniles e incluso infantiles, así como los que se inician por encima de los 50 años.

En este último caso de debut tardío, siempre hay que descartar de forma más cuidadosa la existencia de otra patología médica que pudiera causar síntomas parecidos al trastorno bipolar. Las formas infantiles presentan más dificultades diagnósticas sobre todo con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.


Los síntomas oscilan desde la euforia...

Es lo que se denomina episodio maniaco o su manifestación de menor intensidad denominada episodio hipomaniaco. Se produce de forma característica un estado de ánimo elevado (euforia), con todo lo que impli- ca: autoestima exagerada, mayor sociabilidad y locuacidad, desinhibición sexual, aumento de los gastos, aumento de la actividad motora, con im- plicación en proyectos fuera de lo razonable o una menor necesidad de dormir y pensamiento acelerado.

El episodio maniaco es de mayor gravedad y repercusión en el funcio- namiento del sujeto, motivando el ingreso hospitalario en muchos casos para evitar las conductas de riesgo con las que se puede asociar.

Por el contrario, los episodios hipomaniacos, al presentar los síntomas con menor intensidad pueden pasar más desapercibidos, sobre todo para el sujeto que los sufre, ya que además suele vivenciarlo como un periodo de mayor actividad y energía.


...a la depresión

Además del estado de ánimo bajo (tristeza), aparecen síntomas como la apatía, cansancio, alteraciones del sueño (insomnio o somnolencia excesiva) y apetito (aumento o disminución), pensamiento enlentecido con tendencia a culpabilizarse o recurrente sobre temas concretos de forma obsesiva, baja autoestima y desesperanza hacia el futuro. Tam- bién es muy frecuente que se dé ansiedad asociada. En este contexto es muy frecuente que aparezcan ideas de muerte, intentos de suicido y por desgracia, suicidios consumados. El trastorno bipolar es el trastorno psiquiátrico que se encuentra más frecuentemente detrás de un suicido consumado, presentando un riesgo diez veces mayor que el resto de la población.



...o la combinación de ambos: estados mixtos

Los estados mixtos se caracterizan por presentar de forma simultánea síntomas de la esfera depresiva y maniaca.
Desde el punto de vista práctico esta combinación se traduce en un pre- dominio de un humor irritable (disforia) que suele provocar enfrenta- mientos en las relaciones interpersonales a la mínima situación de con- trariedad.


También puede producirse una aparición rápida de los episodios, denominándose ciclación rápida...

Los ciclos se definen como el periodo que abarca desde un episodio has- ta el inicio del siguiente. La ciclación o recurrencia de los episodios es la característica principal del trastorno bipolar. Es decir, el trastorno bipolar no supone un reto por la aparición de un episodio, sea de la polaridad maniaca o depresiva, sino por la repetición de un ciclo (ver figura) que provoca la aparición de un nuevo episodio, de tal forma que esta cicla- ción se suele repetir en cada paciente de forma característica. Cuando los episodios aparecen con una frecuencia de al menos cuatro por año nos encontramos ante la ciclación rápida.


.... o aparecer síntomas psicóticos

Tanto en las fases maniacas, como depresivas o mixtas pueden apare- cer los denominados síntomas psicóticos, los cuales, son a veces tan predominantes en el cuadro clínico que dificultan el diagnóstico. Es por ello que, en ocasiones, muchos pacientes que realmente sufren trastorno bipolar son erróneamente diagnosticados de un trastorno psicótico en los primeros episodios de la enfermedad.



Fuente: Dr. José Manuel Montes, AFRONTANDO EL TRASTORNO BIPOLAR. GUÍA PARA PACIENTES Y FAMILIARES, Madrid, 2009


viernes, 24 de septiembre de 2010

Que se debe decirle a alguien con trastorno bipolar


Qué es lo mejor que puedes decirle a un amigo o a un ser querido con trastorno bipolar
Dándole apoyo a una persona bipolar - Para la familia y amigos 
Estar deprimido no  es lo mismo que estar triste por algo. Esta lista compilada por el grupo Usenet ofrece frases útiles frente a alguien que  está deprimido
 Acknowledge the depression for what it is, and give permission for them to feel depressed.
Hay que reconocer la depresión por lo que es, y se debe permitirle a la persona sentirse deprimida.
      Te quiero
      Me importa lo que te pasa
     No estás solo en esto
     No te voy a dejar
      Quieres un abrazo?
      Eres importante para mí
      Si necesitas un amigo…
      Esto pasará, lo sobrellevaremos  juntos
      Cuando se termine, todavía estaré aquí
Siento mucho que estés sufriendo tanto, y no te voy a dejar. Voy a ocuparme de mi, por lo que no necesitas preocuparte de que tu estado pueda lastimarme
    Te escucho cuando hablas de lo que sientes, pero no me puedo
 imaginar lo duro que debe ser para tí
No puedo entender por realmente lo que estás sintiendo, pero te ofrezco mi toda mi consideración
    Siento mucho que debas pasar por esto, pero me importas y me importa tu dolor
     Seré tu amigo sin importar lo que pase
     No puedo entender tu sufrimiento, no puedo sentirlo. Pero puedes tomar mi mano mientras pasas por esta tormenta,. Yo hare lo que sea para ayudarte a no resbalar
     Nunca te dire: sé cómo te sientes, a menos que realmente lo sepa, pero voy a hacer lo que sea para ayudar.


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domingo, 12 de septiembre de 2010

Lo peor que se le puede decir a una persona con transtorno bipolar


Algunas personas trivializan la depresión (normalmente sin intención)  y  al dirigirse en una persona en estado depresivo utilizan frases que en nada ayudan quien las escucha, y las cuales pueden ser incluso contraproducentes.


A continuación lo peor que se le puede decir a un amigo o a un ser querido con transtorno bipolar en fase depresiva.
  
    ¿Cuál es tu problema?
    ¿Vas dejar de quejarte?
    ¿Qué te hace pensar que a los demás les interesa?
    Sólo tienes que echarle ganas
    Todo está en tu mente
    Pensé que eras más fuerte
    Nadie dijo que la vida fuera justa
    Tienes que levantarte tú mismo
    Ya crece
    Deja de sentir pena por tí mismo
    Hay mucha gente peor que tú
    Tienes muchas cosas buenas, ¿por qué no eres feliz?
    ¿Por qué tendrías que estar deprimido?
    Tú crees que tienes probelmas…
    No es tan malo
    Deja de tomar todas esas pastillas
    Eres lo que imaginas
    ¡Animo!
    Siempre sientes pena por tí
    ¿Por qué no eres normal?
    Necesitas salir más
    Busca un algo de que agarrarte
    La mayoría de la gente es tan feliz como quiere
    Busca un trabajo
    No te ves deprimido
    Sólo buscas llamar la atención
    Todos tenemos un mal día
    ¿Por qué no sonríes más?
    Una persona de tu edad debería estar disfrutando
    Puedes hacer cualquier cosa, si te lo propones
    Tu te buscaste esto
    Levántate y haz algo
    Sacúdete el mal ánimo
    Siempre estás preocupado por tus problemas
    Ya no pienses en eso
    Sal y diviértete
    Trata con más ganas
    Sé como te siente –una vez estuve deprimido por varios días
    Te sentirías major si fueras a la iglesia
    Lo que necesitas es una verdadera tragedia, para que te de cierta perspectiva
    Esto también va a pasar
    Sal y toma aire fresco
    Todos tenemos una cruz que cargar
    No te gusta como te sientes? Cambialo
    Te sentirías major si bajaras de peso
    Eres demasiado duro contigo mismo. Deja de ser tan perfeccionista
    No te desquites con los que están alrededor de tí
    Vas a perder muchos amigos
    Me estás jalando contigo
    Sólo estás siendo inmaduro
    Tu eres tu peor enemigo
    Así es la vida, acostúmbrate
    Mi vida tampoco es un lecho de rosas
    No te importa el resto del mundo, estás totalmente absorto en tí mismos
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martes, 17 de agosto de 2010

Quizá

Quizá mañana todo estará bien...

jueves, 5 de agosto de 2010

Caerse y levantarse

Subir y bajar. Caerse y levantarse y volverse a caer y volver a levantarse. Y cuando piensas que ya todo empieza a ir mejor, vuelves a caer. Ahí en el suelo, levantas la cabeza, y buscas una mano que te ayude a levantarte, pero la mano no se ve. Bajas de nuevo la cabeza y te quedas tirado y entonces piensa que el cansancio es tal, que mejor quedarse ahí tendido. Pero algo en algún lugar de tu cerebro te dice que debes intentar levantarte otra vez, porque quizá esta vez, ahora sí, todo va a estar bien. Levantas de nuevo la cabeza, buscando la mano que te auxilie, y no está. No entiendes cómo llegaste ahí. Entonces haces un esfuerzo mayúsculo y de nuevo te pones de pié. No estás feliz, pero por lo menos estás de pié. Volteas la cabeza y ves al suelo, al lugar en el que yacías y te dan escalofríos sólo de darte de como estabas. Luego ves hacía todas partes y tratas de correr buscando algún lugar seguro, que te proteja, pero esta vez ya nada puede darte esa seguridad que buscas, sólo puedes confiar en ti mismo,  porque todo lo demás dejó de ser.

Pero no quiero estar triste. No quiero estar triste. Ya no sé qué es: el trastorno, el medio ambiente, o una combinación de todo. Hoy entendí que nada, nunca más va a ser lo que fue. Que todo aquello que formaba mi mundo extraño, pero con su lógica propia, ya no será nunca más. Que todas esas personas que estaban ahí como parte de la estructura de ese mundo, poco a poco se van difuminando, incluso las que parece que están cerca. Especialmente, los que están cerca. Ese mundo se acabó, se desmoronó. Y no hay más remedio que construir otro. ¿Se podrá ? ¿Quiero construir otro? ¿Tengo energía para tomar las riendas y empezar algo nuevo? Por ahora, sólo la inercia, el último impulso del mundo de antes, el que va desapareciendo. Eso último que queda me hace daño. Pero vivo desgarrada viendo desaparecer lo que fue, y deseando conservarlo sin atreverme a soltarlo. Pero en el fondo se que debo dejarlo ir. Que si no lo dejo ir va a acabar ahogándome. Tengo que terminar de deshacerme de lo antiguo, de lo que estaba antes.

lunes, 28 de junio de 2010

Revelación

¡Gran revelación! Hoy el doctor me dijo que resulta que no tengo transtorno bipolar II sino I. No sé qué pensar... El dice que no necesariamente es peor.  Supongo que debe ser verdad... De cualquier forma ha sido una gran sorpresa, no me esperaba algo así. Lo peor, es que hace cuatro meses que habían llegado a esa conclusión, y apenas hoy me lo viene a decir. Todo es muy raro. Esto cambia mi perspectiva. Me sineto distinta. En fin, lo importante es que ahora, bipolar I o II, me siento mejor.

martes, 15 de junio de 2010

Bien, simplemente bien


 Me siento bien. Bien como no me había sentido hace mucho tiempo. Todo se lo debo a él, y sólo a él. A él que me sacó del hoyo negro, en el que he estado viviendo desde hace tantos meses. No debería decir esto, pero creo que a veces me siento un poco enamorada...

Por fin, después de tanta tristeza y deseperación que  pesaba sobre mis hombros, hoy me siento más ligera. Siento que poco a poco empiezo a ser yo otra vez, o a algo que se parece a lo que debería de ser. De pronto siento que mi vida comienza de nuevo, casi desde cero. Sólo queda sacudirme los últimos lastres de la vida en el torbellino del transtorno. ¿Será posible una existencia nueva? En muchos momentos del día así lo siento. Todavía más drástico, a veces creo que me voy a convertir en una persona distinta, que me estoy transformando.

Es curioso, pero en algunos momentos dejo de recordar lo que fueron los últimos meses. No me acuerdo de cómo era el dolor. Me veo llorando desesperada, pero no logro recordar cómo era lo estaba sintiendo. Todo es tan confuso. Se está borrando poco a poco la persona que he sido el último año y medio ¿Se puede olvidar de pronto tanto sufrimiento? ¿Así le pasa a todo el mundo?

Me asalta la duda, ¿estaré mejorando? ¿o estaré ciclando? No, estoy casi por completo segura que es una mejoría. Aunque me llama la atención no sentir ningún tipo de tristeza... ¿Será normal?  Como quiera, a parte del transtorno estoy viviendo la separación, lo que se supone todavia debería generar dolor y llanto, como estaba pasando la semana pasada. Pero ahora, es como si se hubiera esfumado todo aquello que torturaba mi cerebro y me hacía querer quitarme la vida. No lo entiendo. En estos momentos sólo un par de cosas que sucedieron recientemente me causan algo de malestar y un poco de ansiedad. Pero no hay tristeza...

Sólo sé que hoy, en esta noche, me siento bien, simplemente bien. ¿Cuánto durará?

miércoles, 26 de mayo de 2010

Con algo de vida otra vez

100 mg de Butrew, 450 mg de Seroquel, 200 mg de Lamotrigina, y 4 gotas de Rivotril desde el lunes, y ¿qué pasa? Que después de de mucho tiempo de nuevo mi pensamiento se acelera, la energía regresa y siento que la sangre circula otra vez por mis venas. Me siento bien y estoy mucho más alerta. Cierto que durante el día sentí en algunos momentos la clásica tristeza que me ha acompañado toda esta temporada, pero pronto se desvaneció y fue sustituida por algo que se asemejaba a la alegría.

¡Por supuesto! Se lo había dicho al doctor: me tienes sedada. Con 600 mg de Seroquel y 200 mg de Lamotrigina, ¿cómo iba a hacer efecto el antidepresivo? Ahora con 150 mg menos del antisicótico (diseñado para tranquilizar), el Butrew está teniendo un mayor efecto, y ya no me siento como zombie.  De pronto algunas cosas empiezan a recobrar algo de sentido, y aunque todavía hay dificultables, ya no las percibo con la visión apocalíptica de hace un par de días. La añoranza por el pasado es menor, y el presente otra vez es importante. ¿Será que de veras me estoy sientiendo bien? ¿durará varios días? ¿o será sólo momentaneo, como en otras ocasiones? ¿y si es el inicio de un nuevo ciclo inducido por el Butrew?

¿Destellos de hipomanía? Así se siente... En realidad, es algo más complicado. Es como si el estado maniaco y el estado depresivo estuvieran luchando en mi cabeza por ver cual de los dos prevalece. Es como un estado mixto: los dos ciclos al mismo tiempo, alternándose. Sí, me siento alegre y triste al mismo tiempo, con ganas de brincar y con ganas de esconderme en la cama; recordando el pasado, pero en el presente.  Con ganas de comemerme el mundo a puños y, al mismo tiempo, con ganas de salir huyendo a refugiarme con mis papás. En fin, pasa de todo en mi mente. Pero lo que importa ahora es que una parte de mí se siente con vida otra vez.

jueves, 13 de mayo de 2010

Otro medicamento

Hemos agregado un nuevo medicamento, un nuevo antidpresivo: bupropión. Conocido comercialmente como Welbutrin o Butrew. O sea que ahora estoy tomando quetiapina, un antisicótico que me mantiene tranquila; lamotrigina, el estabilizador del humor; bupropión, un antidepresivo y clonazepan, un ansiolítico para pder dormir (cuatro en total, que representan una importante cantidad de dinero cada mes, por cierto). Ahora, a ver si este coctel ayuda a mejorar la situación. Como siempre, habrá que tener mucha calma.

El doctor piensa que el bupropión es mucho más adecuado para el trastorno bipolar. No genera cambios abruptos en el estado de ánimo como hacía la duloxetina, un antidepresivo que actúa como inhibidor de la absorción de serotonina y norepinefrina. El bupropión actúa sobre los neurotransmisores dopamina y norepinefrina, relacionados con el sentido de recompensa y placer en el cerebro. Este medicamento ayuda a recuperar la energía, mejora el estado de ánimo, la motivación, ayuda con los síntomas de la hipersomnia y a controlar el déficit de atención.

Llevo a penas dos días con ibupropión y tomo sólo 50 mg,  pero creo que me siento mejor y mucho más optimista. Hoy es muy diferente a la semana anterior, donde pasé martes, miércoles y jueves llorando todo el día. También es diferente al martes que acaba de pasar, cuando estallé en llanto durante la terapia, sintiendo una total desolación, un horrible sentimiento de desamparo, añorando con todas mis fuerzas el pasado. Si, siento alguna diferencia. Hoy, por la tarde, por ejemplo, después de enterarme de algo que no me gustó, no me derrumbé, ni sentí que caía al abismo.

En fin, la verdad es que tampoco me hago demasiadas ilusiones. Ya ha sucedido antes: me siento bien unos días y luego, ahí vamos para abajo.  De todas formas, como dice el doctor, necesitamos esperar un tiempo, hasta llegar a la dosis adecuada, ver cómo evoluciona el transtorno, y si, por fin, logro sentirme mejor. Como siempre, paciencia, mucha paciencia.

sábado, 24 de abril de 2010

Escapando de mí misma

Estos últimos días la desilución me hizo sentir que me ahogaba. Nada parece estar funcionando en mi vida. Y tampoco veo que vaya a cambiar. Pero lo peor de la semana fue el dolor por el recuerdo. Era un sentimiento que caía sobre mis espaldas, haciéndome imposible incluso caminar. Era tal la pesadez que me taladraba el cerebro, que quería salir corriendo, escapar de mi misma. Sentía la necesidad de correr y separar el cuerpo de mi mente para no seguir sientiendo la pesadumbre de los pensamientos. Pero, ¿puede uno, realmente, escapar de uno mismo?

Ayer a medio día parecía imposible. Subida en el coche, rumbo a Tlaxcala, manejaba con una sola idea en el cerebro no seguir pensando en eso que me estaba sofocando. Me dije: salir corriendo de la ciudad de México no va a mejorar nada. Todo está en mi cabeza, y no me puedo separar de ella. Sin embargo, hubo un momento en el que sentí que mi cuerpo se apartaba de mi mente, que literalmente huía del dolor de los pensamientos. No es metáfora. Yo, Alejandra, me estaba desdoblando y me alejaba de mi misma. Y lo más increíble fue que sucedio. Logré escapar al tormento. Hoy ya casi no recuerdo qué era lo que me tenía tan abatida. Parece una locura, pero, ¿qué en todo esto no lo es?

Hoy, estoy ligeramente más animada, y con un poco más de energía. Lo que me intriga aún, es saber si este cambio se debió al inicio de un nuevo ciclo, o si haberme salido de la ciudad, realmente logró el cambio. Todo eso me confunde enormemente. Por más que lo discuta con el doctor sigo sin poder diferenciarlo. En todo caso, aquí, me siento más tranquila y segura. No quiero volver a México. Tengo miedo. Estoy cansada de la gente con la que trato allá. No quiero saber nada de nadie, en especial de algunas personas que me han hecho sufrir. Quiero seguir aquí, en este espacio, donde no tengo que hacer nada para darle sentido a mi existencia. Quiero quedarme en este lugar que me permite escapar de mí misma

sábado, 17 de abril de 2010

Dormir

Hoy, ahora, lo único que quiero es dormir...

viernes, 16 de abril de 2010

Lidiando con mi existencia en la lejanía


Todo esto es un día a la vez. No sirve de nada pensar demasiado en el futuro porque eso causa demasiada angustia. Lo que pasa es que ahora estoy en un punto en el que el futro son las siguientes horas. Puedo decir que vivo una hora a la vez, tratando de no preocuparme por el fin del día.

El problema más difícil es diferenciar entre el trastorno y lo que es un sentimiento natural de tristeza, como el que puede exprimentar cualquier persona. Realmente se ha vuelto una tarea muy complicada. Aunque, recientemente, sospecho que no es la condición. Han pasado algunas cosas que me han provocado estos sentimientos negativos, y han hecho que los breves momentos de alegría experimentados hace un par de semanas desparecieran. Me pregunto, ¿será así todo el mundo?

Todavía no encuentro la fórmula para enfrentar aquellas situaciones adversas sin que afecte demasiado el estado de ánimo, sin que sienta que el mundo se va a acabar. Esta tendencia a sobrediemensionar el más leve tropiezo. Lo que más trabajo me cuesta es lidiar con la frustración. Llevo años intentándolo y todavía es una tortura. Esto hace que sobrellevar el día a día sea todavía más difícil, pues casi cualquier cosa me desanima y me hace regresar to square one. Especialmente ahora que tengo tantas cosas por resolver.

Ultimamente he tenido esta sensación de no estar realmente en el mundo. Estoy tan, pero tan distraida, tan metida en mis pensamientos, que no tengo la certeza de participar de la realidad. La gente, lo que sucede está tan lejano que no me toca. Todo lo veo y lo percibo como si estuviera en un punto muy, muy alejado. Y no veo ningún sentido en el actuar cotidiano de todas esas personas que se pasean alrededor mío. Todas con un aparente propósito. Cuando veo eso, lo siento extraño, ajeno, algo que no se relaciona conmigo. ¿Por qué la gente está en este torbellino de actividades? ¿qué los hace moverse, actuar, hacer cosas? Hubo alguna época en que todo eso formaba parte de mi existencia: lo que hacía tenía una razón de ser, o por lo menos eso aparentaba. En realidad, ni siquiera me acuerdo bien. Quizá es que ahora, en este proceso de reconstruir mi rompecabezas interno, lo externo no tiene cabida y no tiene la menor importancia.

A lo mejor no es tan malo estar alejada del mundo que me rodea. A lo mejor no es el momento de reintegrarme a la relidad. Quizá por ahora, así es como debe ser. Sobre todo, cuando los medicamentos aún no han surtido por completo su efecto estabilizador. Lo único que me queda claro es que de una u otra forma tengo que seguir viviendo, y si es así, por ahora, que así sea.

jueves, 8 de abril de 2010

Paciencia, paciencia, paciencia...

lunes, 29 de marzo de 2010

tres días

Llevo tres días sin sentirme triste y sin ganas de llorar, incluso creo que por algunos momentos me he sentido alegre o algo  que se le parece -hace tanto que no me siento de esa manera que creo que ya lo olvidé. Deseo tanto que esto siga así. Ya no quiero estar triste, ya me cansé de estar triste. Es realmente agotador. Tengo miedo de que pase algo y rompa con el frágil equilibrio mental de estos momentos. He estado un poco ansiosa, preocupada por algunas cosas que han pasado, por eso temo que la calma de estos últimos días se desmorone, y llegue otra vez la desolación.

Hoy por la tarde, por ejemplo, sentí que una ola de melancolía se acercaba. Tomé mi cabeza entre las manos y la sacudí con fuerza para alejarla, suplicando que no llegara. Afortunadamente pareció funcionar. ¿Y si puedo controlar mis emociones más de lo que imagino? ¿y si el trastorno no lo determina todo y cede ante la racionalización de los sentimientos? No lo sé... sólo sé que después de mucho, estos últimos tres días me he sentido mejor, y que ruego porque continúe así.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Gama de sentimientos

Hace varios días que no escribo. No es por falta de cosas que decir, sino por falta de ánimo. Esa es la verdad, el desgano se ha impuesto en estos días...

La ultima vez escribí a cerca de los ciclos ultradianos. No fue por mero capricho. Fue porque esa es justamente la manera en que ciclo: de forma ultra rápida. Los cambios en mi estado de ánimo varían en cuestión de días y hasta horas. En un día puedo pasar de la ansiedad, al nerviosismo, a la tristeza, al llanto en cuestión de horas.

La semana anterior, con todo, predominó la tristeza y el llanto, pero estos últimos días he experimentado breves momentos en los que me he sentido bien, con ánimo y más esperanza. Parece que el cambio de carbamezapina a lamotrigina (estabilizadores del humor) ha ayudado un poco a tener, aunque sea, de forma corta, momentos de ligera mejoría. El doctor dice que por lo menos hay que esperar un mes para ver buenos resultados. Una vez más, sólo me queda respirar hondo y tener mucha paciencia.

Ciclar de esta manera en un día no es nada fácil. Puede ser muy agotador. Especialmente la angustia y ansiedad concentrads en unas horas, para después de ahí pasar a una especie de calma indiferente a la vida, y de pronto unos cuantos destellos donde la energía vuelve y otra vez dan ganas de vivir, para de ahí quizás saltar al llanto o a un miedo intenso. Es realmente una verdadera montaña rusa de 24 horas.

domingo, 14 de marzo de 2010

Ciclos ultradianos


En una forma maligna de los ciclos rápidos, denominados ciclos ultradianos (o ciclos ultrarápidos) los pacientes están crónicamente deprimidos. Sin embargo, en un examen minucioso se observa que experimentan multiples recurrencias de mania y depresión en un lapso que va de horas a días. Por ejemplo, un paciente puede despertar sintiéndose emocionalmente paralizado e incapaz de levantarse de la cama. Varias horas después se siente con tanta energía que le es imposible permanecer sentado; poco después, el paciente se hunde, de forma súbita en una desesperación suicida. Durante cierto tiempo el paciente se siente relativamente bien, pero de pronto se enfurece ante las críticas y siente alucinaciones imperativas. La aceleración de pensamiento no le permite dormir, pero una vez lo consigue, duerme durante 14 horas y al día siguiente se encuentra exhausto.

En lugar de presentar fluctuaciones de estado de ánimo inespecíficas, el paciente experimenta recurrencias distitnas pero muy breves de depresión bipolar, hipomanía disfórica, una combinación de síntomas depresivos e hipomaniacos y un estado psicótico con gran energía, con eutimia pasajera interepisódica o cambios súbitos de un extremo a otro. Akiskal (1991) denomina “estado mixto seudounipolar prolongado” con una fluctuación considerable en la intensidad y en los tipos de síntomas predominanates. Los estados de ánimo lábiles y el comportamiento del paciente con ciclos ultradianos se suelen confundir con las manifestaciones de un trastorno de límite de personalidad (Akiskal 1996). Las oscilaciones del estado de ánimo en tales estados parecen aleatorias y desorganizadas, pero pueden ser descritas por un patron de la teoría del caos.

No está claro si la aparición de ciclos ultradianos es una forma deteriorizada de ciclos rápidos o si se trata de un cuadro diferente. Sin embargo, no hay pruebas de que los ciclos ultradianos sea un subtipo bipolar distitnto (Kilzieh y Akiskal, 2000). La investigación realizada en pacientes con ciclos ultradianos sugiere que incluso son más refractarios al tratamiento que los ciclos rápidos diagnosticados tradicionalmente. No existen estudios prospectivos que apoyen la afirmación de que la precipitación de la mania mediante antidepresivos venga seguida de ciclos ultradianos, sino que éstos, al igual que los ciclos ultradianos se agrava con los antidepresivos, en lugar de mejorar (Akiskal, 1991; J.Scott, 1998).

-Hales and Yudofsky, Tratado de psiquiatría clínca, 2005-