martes, 17 de agosto de 2010
jueves, 5 de agosto de 2010
Caerse y levantarse

Pero no quiero estar triste. No quiero estar triste. Ya no sé qué es: el trastorno, el medio ambiente, o una combinación de todo. Hoy entendí que nada, nunca más va a ser lo que fue. Que todo aquello que formaba mi mundo extraño, pero con su lógica propia, ya no será nunca más. Que todas esas personas que estaban ahí como parte de la estructura de ese mundo, poco a poco se van difuminando, incluso las que parece que están cerca. Especialmente, los que están cerca. Ese mundo se acabó, se desmoronó. Y no hay más remedio que construir otro. ¿Se podrá ? ¿Quiero construir otro? ¿Tengo energía para tomar las riendas y empezar algo nuevo? Por ahora, sólo la inercia, el último impulso del mundo de antes, el que va desapareciendo. Eso último que queda me hace daño. Pero vivo desgarrada viendo desaparecer lo que fue, y deseando conservarlo sin atreverme a soltarlo. Pero en el fondo se que debo dejarlo ir. Que si no lo dejo ir va a acabar ahogándome. Tengo que terminar de deshacerme de lo antiguo, de lo que estaba antes.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)