miércoles, 26 de mayo de 2010

Con algo de vida otra vez

100 mg de Butrew, 450 mg de Seroquel, 200 mg de Lamotrigina, y 4 gotas de Rivotril desde el lunes, y ¿qué pasa? Que después de de mucho tiempo de nuevo mi pensamiento se acelera, la energía regresa y siento que la sangre circula otra vez por mis venas. Me siento bien y estoy mucho más alerta. Cierto que durante el día sentí en algunos momentos la clásica tristeza que me ha acompañado toda esta temporada, pero pronto se desvaneció y fue sustituida por algo que se asemejaba a la alegría.

¡Por supuesto! Se lo había dicho al doctor: me tienes sedada. Con 600 mg de Seroquel y 200 mg de Lamotrigina, ¿cómo iba a hacer efecto el antidepresivo? Ahora con 150 mg menos del antisicótico (diseñado para tranquilizar), el Butrew está teniendo un mayor efecto, y ya no me siento como zombie.  De pronto algunas cosas empiezan a recobrar algo de sentido, y aunque todavía hay dificultables, ya no las percibo con la visión apocalíptica de hace un par de días. La añoranza por el pasado es menor, y el presente otra vez es importante. ¿Será que de veras me estoy sientiendo bien? ¿durará varios días? ¿o será sólo momentaneo, como en otras ocasiones? ¿y si es el inicio de un nuevo ciclo inducido por el Butrew?

¿Destellos de hipomanía? Así se siente... En realidad, es algo más complicado. Es como si el estado maniaco y el estado depresivo estuvieran luchando en mi cabeza por ver cual de los dos prevalece. Es como un estado mixto: los dos ciclos al mismo tiempo, alternándose. Sí, me siento alegre y triste al mismo tiempo, con ganas de brincar y con ganas de esconderme en la cama; recordando el pasado, pero en el presente.  Con ganas de comemerme el mundo a puños y, al mismo tiempo, con ganas de salir huyendo a refugiarme con mis papás. En fin, pasa de todo en mi mente. Pero lo que importa ahora es que una parte de mí se siente con vida otra vez.

jueves, 13 de mayo de 2010

Otro medicamento

Hemos agregado un nuevo medicamento, un nuevo antidpresivo: bupropión. Conocido comercialmente como Welbutrin o Butrew. O sea que ahora estoy tomando quetiapina, un antisicótico que me mantiene tranquila; lamotrigina, el estabilizador del humor; bupropión, un antidepresivo y clonazepan, un ansiolítico para pder dormir (cuatro en total, que representan una importante cantidad de dinero cada mes, por cierto). Ahora, a ver si este coctel ayuda a mejorar la situación. Como siempre, habrá que tener mucha calma.

El doctor piensa que el bupropión es mucho más adecuado para el trastorno bipolar. No genera cambios abruptos en el estado de ánimo como hacía la duloxetina, un antidepresivo que actúa como inhibidor de la absorción de serotonina y norepinefrina. El bupropión actúa sobre los neurotransmisores dopamina y norepinefrina, relacionados con el sentido de recompensa y placer en el cerebro. Este medicamento ayuda a recuperar la energía, mejora el estado de ánimo, la motivación, ayuda con los síntomas de la hipersomnia y a controlar el déficit de atención.

Llevo a penas dos días con ibupropión y tomo sólo 50 mg,  pero creo que me siento mejor y mucho más optimista. Hoy es muy diferente a la semana anterior, donde pasé martes, miércoles y jueves llorando todo el día. También es diferente al martes que acaba de pasar, cuando estallé en llanto durante la terapia, sintiendo una total desolación, un horrible sentimiento de desamparo, añorando con todas mis fuerzas el pasado. Si, siento alguna diferencia. Hoy, por la tarde, por ejemplo, después de enterarme de algo que no me gustó, no me derrumbé, ni sentí que caía al abismo.

En fin, la verdad es que tampoco me hago demasiadas ilusiones. Ya ha sucedido antes: me siento bien unos días y luego, ahí vamos para abajo.  De todas formas, como dice el doctor, necesitamos esperar un tiempo, hasta llegar a la dosis adecuada, ver cómo evoluciona el transtorno, y si, por fin, logro sentirme mejor. Como siempre, paciencia, mucha paciencia.